Conocer el valor del trabajo realizado por los empleados de la organización y así poder medir el nivel de competitividad de la organización.
Hacer un seguimiento del avance y cumplimiento de los objetivos y metas establecidos.
Conocer dar la importancia que merece a lo que cada empleado y equipo de empleados aporta a la organización.
Estimular una mayor productividad.
Fomentar la comunicación interna, sobre todo entre el jefe y los empleados.